Informe del caso “Cuellos Blancos del Puerto” se entregará en febrero
Fiscal Supremo Pablo Sánchez aseguró que investigación tiene un avance del 70%
A fines de febrero la fiscal de la Nación, Zoraida Ávalos tendrá el informe final del caso denominado “Los Cuellos Blancos del Puerto”, que involucra a tres integrantes de la Junta de Fiscales Supremos y al destituido juez supremo César Hinostroza. Así lo aseguró el fiscal supremo Pablo Sánchez durante una entrevista a un medio local.
El magistardo sostuvo que las investigaciones están avanzadas en un 60% a 70% y que, de acuerdo con los elementos de prueba recogidos, se trata de personas que se reunían expresamente para hacerse favores entre sí para copar el sistema de justicia.
“Se reunían para hacerse favores entre sí y llegar al poder nombrando y evaluando a la gente que trabaja en justicia penal y hacerse de un grupo de trabajo indebido e ilegal”, señaló el fiscal supremo.
Además, agregó que sospecha que la presunta organización delictiva sigue operando puesto que aún existe comunicación entre ellos, incluyendo a Hinostroza, con el fin de hacer “una defensa conjunta como ocurre en estos casos”.
En cuanto al papel de Hinostroza dentro de la banda, Sánchez aseguró que era vital, pero que el nivel jerárquico de todos los involucrados era horizontal y que “nació como una hermandad en que yo te ayudo y luego tú me ayudas”, con la idea de tener el manejo del aparato judicial en términos indebidos e ilegales. “Hay personajes importantes en la misma línea”, aseveró.
En cuanto a los magistrados que integran la Junta de Fiscales Supremos, Pedro Chávarry, Víctor Raúl Rodríguez Monteza y Tomás Gálvez (sospechosos de integrar Los Cuellos Blancos del Puerto), el exfiscal de la Nación indicó que su trabajo avanza “a paso firme” para determinar alguna responsabilidad.
Sin embargo, refirió que sus pares han demostrado incomodidad por las investigaciones y que, hace una semana, Tomás Gálvez presentó un recurso de hábeas corpus para detener dicha indagación.
Sánchez también declaró haber recibido mensajes que pueden considerarse como amenazas subrepticias y que incluso su familia es objeto de seguimientos con el fin de encontrar alguna anormalidad o hecho indebido.
“Hay mensajes subrepticios, pero no le hago caso, preguntan por mi familia, han averiguado sobre el trabajo de mi familia, es una forma oculta para generar un temor. Pero no me van a encontrar nada”, concluyó el magistrado.